martes, 10 de junio de 2008

Se está partiendo mi pecho por dentro otra vez, ya casi había olvidado cuánto dolía la tristeza, pero aquí está otra vez para recordármelo, de nuevo con su instrumento, puliéndome el corazón, clavándole dudas y angustias, ahogándolo, enmudeciéndolo. Siento como si me presionaran el pecho una y otra vez, que no puedo respirar, que mi llanto sigue saliendo por mis ojos y a nadie le importa. Tantos años y no se va, tanta herida y no se cansa, maldita tristeza que me gobierna, quisiera tener su fuerza para vivir, quisiera tener su poder para volver, volver atrás. Quisiera hacer que todo desapareciera para gritar y espantar el dolor, vomitarlo.

ODA AL CIGARRO 2 DE NOV 2001 Archivos

El cigarro conforta mi espacio, el espacio que me doy cuando lo necesito, sólo un pequeño tiempo cada día, cuando el cielo es estrellas y luna, cuando la brisa es clara en la oscuridad: La noche. El cigarro se puede parecer a muchas otras cosas, más nunca será idéntico. Todo en él es un placer; aunque dañe, vale la pena fumárselo. Se parece por ejemplo, a la tristeza, hace daño, pero es bueno sentirla, me fortalece. También se puede parecer a un amor imposible, aunque dañe se vive , se disfruta, se anhela. Cuando estoy sola basta un cigarrillo o unos cuantos, cuando estoy con amigos se siente gustoso, familiar, o cuando estoy junto a mi amor; lo necesito. Tan sólo sostenerlo entre mis dedos, aspirar su humo, expulsarlo, conforta; tan simple y tan indispensable. Cuando estoy triste, cuando encuentro una emoción, cuando camino o espero, un cigarro ayuda; parece mis labios esperar otro después del primero. Es como un beso de amor, no basta uno... Se disfruta, se espera, se vive, se desea, se lucha, se siente, se comparte, un cigarro se acepta siempre.

Un cigarro es como la vida, se prende, se siente, llorando o riendo, rodeado o solitario, se esfuma y finalmente se termina, tan fugaz es, pero con la satisfacción de haberla vivido, de haberlo fumado...

Un cigarrillo es para fumarlo, la vida para vivirla……